domingo, 26 de agosto de 2012

CONVERSACIÓN CON MI PADRE IV

 LA MANO

La mano dijo: es cierto.
Después siguió, libre, su vida.
Su vida fácil, dura,
oscura, esplendorosa.

Y la otra mano
(la que sola en su noche se quedara)
no tuvo ya miedo
de su soledad.

Raúl G. Aguirre
1962



LAS MANOS DEL POETA

            Las manos del poeta son bellas e infinitas.
            Las veo bailoteando, ágiles como picaflores,  posándose en la máquina de escribir dejando un sendero de poemas que hablan de la vida.
            Las veo en las mañanas de domingo, sucias, lastimadas, trabajando en el jardín, creando verde poesía.
Las veo en la cocina, lavando, cortando, picando, creando sabores que en la olla se vuelven poesía.
            Las veo, sensuales, acariciando a mi madre, dibujando poemas en su cuerpo que se abandona a ese gesto amoroso.
 Las veo, firmes y paternales sobre el hombro del hijo, forjando complicidades de las que sólo ellos saben.
            Las veo, etéreas, embelesadas, siguiendo en el aire los compases de una sinfonía de Mozart.      
            Las veo, prosaicas, sosteniendo el mate, el vaso de vino, el eterno cigarrillo que amarillea sus dedos.
            La veo venir hacia mí, su mano en mi mano, su alma en la mía, para siempre.


Inés Aguirre
2012

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