jueves, 6 de septiembre de 2012

Hombro a hombro

22/08/2012   Metáforas 

Llegó hasta la altura del hombro de su novio, subiéndose a unos tacos muy altos. Claro que no siempre podía ponérselos. Dependía de la ocasión.
Pero Lidita no se amilanaba,  aunque tenía envidia de las otras  chicas, que habían conseguido  novios no exageradamente  altos como el de ella. Se las arreglaba para que no se notara. Para sacarse una foto, elegía una escalera y ella se subía a un escalón. Lo hacía bajar siempre a él primero el cordón de la vereda. Pero en general trataba de que estuviera sentado así no se notaba tanto. Además ella le dijo que no le gustaba que le hablara caminando porque sino él tenía que bajar la cabeza hacia ella, que estiraba su cuello lo más que podía. En su afán de parecer más alta se ponía un sombrero con copa para salir y hacía muchos ejercicios de elongación todos los días. También siempre tenía a mano  en su casa un banquito de madera y encontraba una excusa cualquiera para subirse: que había una mancha en la pared, que no andaba la luz de la lámpara , que una cucaracha caminaba por la alacena, o que alguna pulga la había picado. Hasta que un día Oscarcito su novio, que era tan alto que lo eligieron para ser granadero en el servicio militar, empezó a cansarse de tantas rarezas  y le preguntó:
-¿De dónde trajiste las pulgas?- a lo cual, rápidamente  contestó:
 - Querido… ¿no será que las trajiste vos del Regimiento?-
Se sintió orgullosa de ella misma. Había superado una prueba de altura sin banquito de auxilio. Era inteligente, astuta y su ego cada vez estaba más alto. Tanto que hasta realmente creía haber crecido. Fue entonces que  ya próxima a la fecha de casamiento, mirando las últimas fotos juntos, se dio cuenta de que Oscarcito estaba una cabeza mas abajo que ella. Horrorizada pensó-¡que hice! … se me fue la mano… ¿y ahora?... va a quedar mal que la novia sea más alta que el novio-

Lidita se dispuso a empezar  todo de nuevo… pero al revés.
                                                                                                          Raquel Micheli

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